Gertrude Stein, ante un auditorio en la Universidad de Chicago, decía: “Yo se que en la vida diaria no andamos por allí diciendo ‘una rosa es una rosa es una rosa es una rosa’, pienso que en esa línea la rosa es roja por primera vez en la poesía inglesa de estos últimos cien años."A Stein le gustaba todo lo que una palabra pudiera hacer, pero no tenía interés en palabras extranjeras ni prefabricadas. El lenguaje debería estar en movimiento, “no en relación con nada, no en relación con sí mismo sino sólo en movimiento.” Al usar una palabra, no buscaba hacer que implicara demasiadas asociaciones. En lo posible, buscaba hacerla exacta como las matemáticas; “por ejemplo, si uno y uno hacen dos, yo quería que las palabras tuvieran igual exactitud”.
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Santiago Meilán
Algo que hacer mientras se extingue el numen,
2009, “prólogo”
por Oscar Asent
La distorsión del lenguaje. ¿Qué significa una alteración en la literalidad para la poesía, o la alteración de lo previsible…? ¿Para el uso de los tópicos en la retórica? –variaciones de cárceles institucionales.
Algo que a tantos hace zozobrar no debería ser presentado empero con el gesto del miope estudioso, vanidoso de su sabiduría, y quien con su mirada arrogante destruye el valor de utilidad e sus hallazgos. Una vez más la poesía es el boceto de la sonoridad posterior del habla, del territorio de las verdades y caja de resonancia del ruido vital humano.
No así en el teatro, donde no hay nada de aquello. En el punto artístico que el intercambio produce, se hace de la lírica para pasar del mitos al logos. En cambio, en el teatro criollo no viene a ser así.
Es de Artaud: “a la confusión política, el logos.”
Y es de “soy un topo, lo devengo”: Manuel Erandl.
La Metafísica, en términos generales, hace con austeridad de arquitectura institucional, hace víctima a su mejor presa: la poesía, los parias poetas. Mientras Poe y Víctor Hugo sembraban barricadas nacen estas arrugas de papeles cotidianos, los que en esta oportunidad me dispongo allanar...